Ivana Bentes: Lula no es el fin, es el comienzo
Su prisión explota la burbuja y es condición de lo nuevo.
¡No es neutralizando a Lula que lo nuevo va a emerger! Una de las mayores falacias de los que “prefirieron no” posicionarse a lo largo de ese proceso que comenzó con un impeachment ilegítimo y culminó ayer con la prisión de Lula, produciendo una conmoción gigantesca y un nuevo horizonte de configuraciones políticas es el intento de aprisionar a Lula como ” lo que tiene que desaparecer “para liberarnos de las” polarizaciones “, lo que tiene que” desaparecer “de la escena política para liberar lo nuevo! ¡Qué tiene que desaparecer para que otras causas, pautas y formas de política puedan emerger!
La miopía en ese tipo de argumento es justamente pensar de forma dualista y maniqueísta, exactamente como los que hallaron en Lula el “chivo expiatorio” para todos los males de la corrupción. Lula se convirtió en signo del mal a ser extirpado del anti-petismo histérico y Lula el mal a ser “neutralizado” de los ponderados, de los equilibrados, de los que quieren “acelerar” la emergencia del nuevo!
Para ellos, con dilemas y conflictos edípicos, tiene que matar al padre, el estadista, el rival, tiene que matar lo que desbordó las fronteras. El problema sería el exceso de grandeza de Lula que proyecta su sombra sobre el nuevo! ¡Respiran aliviados en el fondo con esa prisión! Ahora sí, podemos poner a cero el juego.
La estupidez es encontrar que Lula no es justamente (fue y es), una de las condiciones de posibilidad de lo nuevo que emergió de ese período de una democracia en convulsión que vivimos.
La extraordinaria jornada que hizo Brasil producir nuevos sujetos del discurso: de la emergencia de la potencia de las culturas de las periferias hasta los nuevos feminismos, del emponderamiento de los movimientos sociales y culturales clásicos (MTST, MST) hasta el afrofuturismo, la cultura de la diversidad pop y de los pueblos, lugares de habla, las experiencias de las nuevas bandas y movimientos urbanos provenientes del interior del país como el Fuera del Eje, la posibilidad de los medios libres, etc.
Tiene un Lula en esos nuevos líderes jóvenes y negros que surgieron en las favelas. Marielles son parte de ese proceso y de ese efecto-Lula. No se trata de culto a la personalidad, sino de procesos históricos complejos e intrincados. Donde Lula es uno de los “hubs”, intercesores, idea, concepto, etc.
Lula, y el proceso en torno a él, Lula-idea, Lula-concepto, como intercesor y no “personalidad” y ni “mesianismo”, fue y es la condición de posibilidad de lo nuevo y no la sombra que “calla” e impide devenir.
¡Lula trascendió el campo de las izquierdas hace tiempo!
No pertenece más al PT, ya no pertenece a un “partido”, por lo que la lucha contra su arresto arbitraria y toda su jornada de vida ya es una de esas piedras fundamentales que se ha jugado y produce olas cada vez más amplias. En un país desencantado, brutalizado, violentado, no podemos darnos el lujo (mezquino) de rifar Lula.
Un hecho significativo ayer en San Bernardo fue cuando el PCO, contrariando la decisión del propio PT, abogados y el deseo del propio Lula, intentó impedir que él se entregara a PF, en un acontecimiento fuera de control, tenso y que apunta a ese incontrolable y el legado de Lula. ¡Lula ya no pertenece a nadie!
Ayer, después de 24 horas acompañando por los medios libres, redes, amigos cercanos, chats de telegrama y whatsapp todo lo que pasaba, daba a sentir esa percepción ampliada, generosa, ampliada, de Lula y de esos procesos por los que pasamos a volar en una velocidad vertiginosa.
La ficha cayendo para artistas, ex-petistas, desencantados, familiares, gente que se estaba lijando para todo! La gente sabe que los procesos son complejos, traen miles de errores, desvíos, equívocos y todas las críticas tienen que ser hechas, pero nada de eso neutraliza la grandeza y riqueza del proceso encabezado por Lula.
La única hora en que realmente lloré sentida fue en el momento en que después de aquel largo cortejo por las calles de SP, el minúsculo, frágil, bimotor de la PF despegó de Congonhas, llevando a Lula ya preso.
Pero hasta esa imagen era paradójal, en el menor espacio del mundo, encarcelado, Lula volaba sobre la ciudad que le dio todo. Y la prisión ya era un vuelo. #LulaLivre.