Por @aguslapiba

Por Euge Murillo, Emergentes (ARG) | Copa FemiNINJA

La selección Argentina jugó su segundo partido en el Mundial de Francia en el Stade Océane. Perdió 1 a 0 , con una aguerrida defensa y con un penal a favor de las inglesas atajado por quien para la FIFA fue la jugadora del partido: Vanina Correa.

En el 2007 Argentina fue a jugar el Mundial a China y perdió contra Inglaterra 6-1, antes había perdido 11 a 0 contra Alemania y 1 a 0 contra Japón. En ese plantel estaban Vanina Correa, Belén Potassa, Gabriela Chávez y Mariela Coronel.
Doce años después, Vanina Correa le ataja un penal a las inglesas que tienen el número 3 en el ranking FIFA y Argentina termina perdiendo solo 1 a 0. La que patió fue Nikita Parris, jugadora del Lyon Olimpique en donde los sueldos aproximados son de 162 mil euros anuales. La que atajó es jugadora de Rosario Central y además trabaja en la Municipalidad de Villa Gobernador Gálvez.

Doce años después Barclays (entidad bancaria) hace la mayor inversión en la historia del futbol femenino en el Reino Unido para patrocinar la liga. Este año en Argentina se profesionalizó el fútbol femenino. Y así podremos continuar en esta batalla de comparaciones del vil metal en donde pareciera que las ventajas y desventajas se miden en dólares o en este caso, en libras. El dinero no hace la felicidad ni un juego lindo, sin embargo las cuentas parecen dar por sentado que ayuda.

Escaparse de una mirada mercantilista del fútbol es una tarea titánica, casi tan titánica como la que están llevando a cabo las pibas tratando de ganar su primer partido en un Mundial en un grupo de potencias futbolísticas. Queda una oportunidad y es contra Escocia, el miércoles que viene, si se llevan una victoria pasan a octavos de final y a la historia. Entonces no estamos tan lejos de esas hazañas que se cuentan en moneda patrocinio: es hacer un gol, atajar un penal, salir jugando, ponerle garra, disfrutar del fútbol. Eso es mas o menos lo que vienen haciendo estas 23. El fútbol que juega la FIFA es así, sponsor, marcas y la pasión mercantilizada. Vanina cuenta que para ese mundial de China, tuvo que remangarse los pantalones porque los que le daban eran los que sobraban de la selección masculina. Ellas saben de remangarse, de falta de viáticos y de no tener hotel y también saben que esto de entrar a la historia o poner en cuestión las lógicas que rigen el fútbol como lo conocemos puede ser cosa de un partido o de un Mundial como este. Por lo pronto, las argentinas vienen haciendo todo bien, quedan 90 minutos que no tienen precio.

Por @aguslapiba