¿Qué es el Tratado de No Proliferación de Combustibles Fósiles?
El tratado busca la eliminación progresiva del uso de carbón, petróleo y gas.
Catalina Roig, de la Cobertura Colaborativa de NINJA en la COP30
La principal causa del cambio climático a nivel global es consecuencia de los combustibles fósiles: más del 80% de las emisiones totales de dióxido de carbono provienen del uso del carbón, petróleo y gas. A pesar de ser un dato más que conocido, a lo largo de las distintas cumbres climáticas ha habido casi nulos avances para eliminar la producción de combústibles fósiles. Mientras tanto, las emisiones de CO2 continúan subiendo.
Con este panorama se creó el Tratado de No Proliferación de Combustibles Fósiles (TNPCF), una iniciativa global para fomentar la cooperación internaciona para lograr eliminar el uso del carbón, petróleo y gas.
El TNPCF nació en 2020 con la idea de ser un tratado complementario al Acuerdo de París de 2015, buscando asemejarse al tratado de no proliferación nuclear de 1970. Sus principales objetivos son:
- La no proliferación de los combustibles fósiles poniendo fin inmediato de las exploraciones y las expansiones a nuevas reservas.
- Eliminación progresiva y equitativa a través de diferentes mecanismos tales como establecer límites a la extracción y eliminar los subsidios para su producción.
- Generar una transición energética justa
Este Tratado cuenta con la adhesión de 17 países de cuatro continentes, aunque ninguno de estos tiene obligaciones legales o financieras por este acuerdo. La gran mayoría de los firmantes son naciones insulares del Caribe y el Pacífico, como Antigua y Barbuda, Vanuatu y Tuvalu, que se encuentran entre las más afectadas por el cambio climático. En Sudamérica la unica adhesión es la de Colombia, el segundo principal productor de petróleo de la región después de Brasil. Otro país adherido es Pakistán, el quinto país del mundo más vulnerable a las catástrofes climáticas debido al aumento de las olas de calor e inundaciones en su territorio
Además, este Tratado tiene el apoyo de más de 140 ciudades, entre las que se encuentra la ciudad de Belém, y de empresas y organizaciones de la sociedad civil.
Aunque Brasil no ha adoptado oficialmente una posición respecto al Tratado, el presidente Lula da Silva declaró que “a pesar de nuestras dificultades y contradicciones, necesitamos hojas de ruta para revertir o eliminar de manera justa y estratégica la dependencia de los combustibles fósiles y movilizar los recursos necesarios para estos objetivos», en su discurso de apertura de esta cumbre climática. Además, anunció la creación de un fondo con recursos derivados de la exploración petrolera para financiar la adaptación al impacto del cambio climático.
En esta COP30, la iniciativa busca generar consenso para que se reconozca entre los resultados la impotancia de la Primera Conferencia Internacional para la Eliminación Progresiva de los Combustibles Fósiles que se celebrará en Colombia en 2026. Además, hacen un llamado a “escuchar a los pueblos de la Amazonía, quienes han manifestado claramente su deseo de que la Amazonía sea una zona libre de proliferación de combustibles fósiles” y que “los gobiernos deben acordar priorizar el fin de la expansión y la eliminación progresiva de la extracción en áreas de soberanía indígena y otras comunidades tradicionales, así como en aquellas con alta biodiversidad”.
La importancia de manenter el crudo en el subsuelo: el caso de Yasuní
Una de las principales críticas que señalan desde TNPCF al Acuerdo de París es que este no hace referencia a los combustibles fósiles ni ha logrado generar una baja en la producción de estos desde su firma en 2015. En este sentido, una de las principales herramientas promovidas por las negociaciones climáticas tales como el uso de otras fuentes alternativas de energía no redujo el uso de combustibles fósiles sino que paso a complementarlo.
A pesar de que sólo de forma reciente se comenzó a mencionar en las cumbres climáticas que los combustibles fósiles son una de las principales causas del cambio climático, existen diversos estudios que muestran que el cese de la explotación es crucial para alcanzar la meta del 1.5 °C. De hecho, un estudio señaló que para lograr este límite es necesario dejar alrededor de dos tercios de las reservas de combustibles fósiles sin explotar. Esto no solo contribuiría a reducir las emisiones sino que también protegería áreas con una enorme biodiversidad, tal como el Amazonas, de la devastación causada por la extracción.
Una muestra de esto fue la consulta popular realizada en Ecuador en 2023, luego de más de 10 años de lucha, para el cese de la explotación en el territorio ITT del Parque Nacional del Yasuní. Esta zona es donde se encuentran las comunidades indígenas Tagaeri-Taromenane, pueblos no contactados y amparados por el derecho internacional, además de ser una de las zonas más biodiversas del planeta. La consulta popular marcó un hito al convertirse en la primera vez que un país productor de petróleo decide dejar de explotar una reserva de petróleo por voto directo.


