Diario de Navegación de la Yaku Mama: Dentro de la Flotilla Indígena Rumbo a la COP30
Esta será una serie de textos narrativos y testimoniales desde la Flotilla Yaku Mama, que navega por el río Amazonas rumbo a Brasil.
Por: Lucía Ixchiu
Primera semana
Con los ojos llenos de verde, entre los sonidos del agua y de la selva, comienzo este relato desde el corazón de la flotilla. ¿Qué hace una mujer maya K’iche en medio de la selva amazónica, rumbo a Brasil? Siento el río y la selva, y cómo nos vamos conectando a medida que el viaje avanza.
Entre las aguas de los ríos Napo y Yasuní, seguimos en dirección a Pantoja, en la frontera entre Ecuador y Perú, una región que estuvo en conflicto años atrás.
Con el permiso y el sonido de la abuela Cayambe, el glaciar donde nace el río Amazonas, y con nuestra ofrenda recibida por la tierra, iniciamos esta travesía. Ya hemos recorrido un tercio de este viaje de hermandad entre territorios, de solidaridad y aprendizajes compartidos.
Para el pueblo K’iche, los bosques son una parte esencial de su existencia. Honrar la Amazonía es también honrar todas las selvas y los bosques del mundo. Nuestros ojos se llenan de colores al contemplar su biodiversidad, pero el alma duele al saber que está amenazada por las petroleras y por todo tipo de industrias extractivistas que la ven como un recurso y un negocio lucrativo.

Foto: Cobertura Colaborativa Yaku Mam
Los cantos de los pájaros rompen el silencio, y el sonido del agua nos acompaña ya en el segundo día río adentro. Los pueblos Waorani lideran la protección del Parque Nacional Yasuní; han convivido con él durante cientos de años, y hoy llegamos a su hogar. Este también es el hogar del delfín rosado, al que vimos desaparecer rápidamente entre las aguas de la laguna Jatuncocha, además de cientos de miles de especies que conforman a esta gran abuela que llamamos selva amazónica.
En este momento navegamos río abajo, hacia el sur, continuando con esta flotilla de esperanza y solidaridad entre los pueblos. Para la mayoría de quienes participamos en este viaje este es un territorio que visitamos y observamos por primera vez.
En Coca realizamos un intercambio para conocer las experiencias de los pueblos y organizaciones que enfrentan a los combustibles fósiles. Al final del día participamos en una marcha por la Madre Tierra por las calles del poblado, que culminó con un acto político en el que cubrimos la estatua de Francisco de Orellana, a quien se le atribuye la conquista de la Amazonía. Nombramos a los defensores de la Amazonía que nos fueron arrebatados y cerramos con un intercambio oral antes de embarcarnos nuevamente al día siguiente.
En esta flotilla, compuesta por varias embarcaciones pequeñas, viajamos personas indígenas de diferentes partes del continente y del mundo. Vinimos a recorrer una ruta que busca amplificar las voces de los territorios y de sus primeros habitantes.



