Tribunal del Pueblo contra el Ecogenocidio va a denunciar graves violaciones climáticas durante la COP30
Organizado por la COP del Pueblo, el Tribunal reunirá a liderazgos de varios territorios de Brasil.
En los días 13 y 14 de noviembre, durante la realización de la COP30, en Belem (PA), el Tribunal de los Pueblos contra el Ecogenocidio reunirá a líderes populares, movimientos sociales y defensores ambientales de Brasil y otros países para denunciar las múltiples formas de violencia, destrucción e injusticia ambiental que afectan a los territorios. La iniciativa está integrada a la programación de la COP del Pueblo, un movimiento autónomo de organizaciones de base por el clima que se celebra en paralelo a la conferencia oficial de la ONU.
El Tribunal reunirá 17 casos seleccionados entre decenas de denuncias recibidas a lo largo del último año. Los temas están organizados en cuatro ejes, que incluyen falsas soluciones climáticas, violencia en el campo, grandes emprendimientos e infraestructura. Entre los casos, hay denuncias relacionadas con asesinatos de defensores ambientales, trabajo esclavo, impactos de mineras y proyectos de créditos de carbono en territorios tradicionales.
“Hay algunos casos que son internacionales, que se relacionan con casos aquí en Brasil. Uno de ellos, inclusive, pidió ser retirado, porque el gobierno del país lo descubrió, fue a la casa de los defensores y les prohibió salir del país, de venir a la COP” dijo Claudelice Santos, coordinadora del Instituto Zé Cláudio y Maria, que integra la COP del Pueblo. “Es decir, los casos realmente son absurdos y ya deberían estar siendo tratados en el ámbito judicial, formal, inclusive de derecho internacional, y están siendo ignorados”.
Denuncias y estructura popular
El tribunal será uno de los momentos centrales de la movilización popular. La propuesta es dar visibilidad a casos ignorados por el sistema judicial y por los espacios oficiales de negociación, reuniendo pruebas, expedientes y testimonios de comunidades afectadas por los grandes emprendimientos, las falsas soluciones climáticas y la violencia de los derechos humanos.
“Los tribunales populares se han convertido en un campo de lucha y resistencia para los pueblos. En donde las personas denuncian lo sucedido en los territorios” afirma Claudelice. “Las negociaciones de la COP son complejas y no siempre se ha dado el espacio para las pautas que son más importantes para las comunidades. El Tribunal del Pueblo es nuestro espacio para hablar sobre lo que viola”.

Todos los casos fueron documentados con expedientes que incluyen informaciones sobre los acusados, número de las familias afectadas y las conexiones con violaciones semejantes en otros países. Uno de los casos más simbólicos es el de Palestina, presentado por una delegación internacional, que relaciona la destrucción ambiental y la violencia política con expresiones del mismo proceso de ecogenocidio global.
El primer día el tribunal se dedicará a presentar los casos, con la participación de testigos y fiscales populares – residentes de los territorios afectados. El segundo día se harán las lecturas de las sentencias simbólicas, elaboradas colectivamente por el grupo de 11 jueces populares, formados por mujeres quilombolas, pajes, líderes indígenas y ribereños. Los resultados del Tribunal serán remitidos a relatores especiales invitados, así como al Ministerio público Federal y otras instituciones nacionales e internacionales, con el objetivo de generar una repercusión política y fortalecer la exigencia por la justicia ambiental.
Un acto político y espiritual
El Tribunal de los Pueblos contra el Ecogenocidio tendrá lugar en las instalaciones de la COP del Pueblo, en Travessa Piedade 426, próximo a la Plaza de la República, en el centro de Belem. Durante los dos días, el espacio también recibirá debates, actividades culturales, presentaciones de artistas y paneles sobre el legado de las familias de defensores asesinados y las estrategias de resistencia de los territorios.
La COP del Pueblo es un movimiento que articula a pueblos indígenas, quilombolas, ribereños, agricultores familiares, extractivistas y defensores medioambientales. Nacido en Belem en 2024, el movimiento se estructura como una respuesta popular a la COP30 , denunciando el racismo ambiental, la deforestación, la explotación laboral y las falsas soluciones de mercado que no reducen las desigualdades.


